18 junio, 2025
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Buenos Aires

20 años de Cromañón y una herida todavía abierta en la sociedad

El 30 de diciembre de 2004, la noche porteña quedó marcada por una de las tragedias más impactantes de la historia argentina: la masacre de República Cromañón. Lo que debía ser un concierto de celebración de fin de año para los fans de Callejeros se transformó en un infierno que dejó 194 muertos y más de 1.400 heridos.

Una tragedia anunciada
Durante el recital, una bengala encendida por un asistente prendió fuego una media sombra inflamable que revestía el techo del boliche, generando un humo denso y tóxico que rápidamente invadió el lugar. El espacio estaba habilitado para 1.031 personas, pero esa noche había más de 4.500.

A la desesperación de los asistentes se sumó el hecho de que las puertas de emergencia estaban bloqueadas, lo que retrasó el rescate y multiplicó el horror. Los bomberos tardaron 10 minutos en abrir uno de los accesos, donde decenas de cuerpos se derrumbaron, mostrando la magnitud de la negligencia.

La corrupción en el centro de la tragedia
Investigaciones posteriores revelaron un entramado de coimas y habilitaciones fraudulentas. En los juicios que siguieron, fueron condenados empresarios, policías y funcionarios por su responsabilidad en la habilitación del lugar y la falta de controles.

Impacto en sobrevivientes y familiares
El dolor no terminó esa noche. A las pérdidas humanas se sumaron 17 suicidios de sobrevivientes que no lograron superar el trauma y la desidia del Estado. Familias y amigos enfrentaron una búsqueda angustiante y años de lucha por justicia, mientras la tragedia marcaba un antes y un después en las normativas de seguridad y control en lugares públicos.

Un reclamo que persiste
A dos décadas de la tragedia, Cromañón sigue siendo un símbolo del costo de la corrupción y la negligencia. Para miles, no solo es un recuerdo imborrable, sino también un llamado a la memoria, la justicia y la reflexión sobre las responsabilidades del Estado y la sociedad.