La disputa territorial entre India y Pakistán por Cachemira volvió a escalar peligrosamente en los últimos días, con un saldo de al menos 34 muertos, entre ellos 26 ciudadanos pakistaníes y 8 indios. El conflicto, que persiste desde la partición del subcontinente en 1947, se agravó tras un atentado ocurrido el 22 de abril en la Cachemira administrada por India.
En medio de este clima, el geopolitólogo Didier Chaudet, del Observatorio de la Nueva Eurasia, analizó la situación en diálogo con Radio Francia Internacional. “Era algo que se esperaba. El conflicto alcanzó un nivel significativo, pero no es sorpresivo”, afirmó. El especialista apuntó contra la gestión del primer ministro Narendra Modi, a quien acusó de promover una ideología nacionalista que exacerba las tensiones en una región de mayoría musulmana.
Chaudet comparó la importancia simbólica de Cachemira para Pakistán con la Alsacia-Lorena en la historia europea, y explicó que el atentado reciente fue “un detonante” que expuso nuevamente la falta de control efectivo por parte de India sobre el territorio. Además, subrayó que tanto Nueva Delhi como Islamabad consideran obsoleta la actual frontera y contemplan su rediseño en términos favorables.
El riesgo de una confrontación nuclear, aunque latente, preocupa a la comunidad internacional. Según el especialista, evitar una escalada de esa magnitud requerirá la intervención de potencias externas. “La idea de que se calmará por sí sola no funcionará. Es necesaria la implicación de grandes actores internacionales”, advirtió.
Chaudet señaló que Estados Unidos, pese a su histórico rol en la región, hoy no tiene la estructura ni la decisión política para intervenir de manera efectiva. En cambio, destacó el posible papel de China como un actor capaz de contener a India y sostener el vínculo estratégico con Pakistán. “Podríamos imaginar un equilibrio del terror donde China haga entender que Pakistán sigue siendo un aliado clave”, concluyó.