Siete entidades científicas advirtieron que los cambios en la CoNaIn reducen la autonomía, la representación federal y la pluralidad del organismo, y alertaron sobre posibles riesgos para la efectividad de las políticas de vacunación en Argentina.
Siete de las principales sociedades científicas del país manifestaron su “profunda preocupación” frente a la reforma de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), dispuesta a través de la resolución 3344/2025 del Ministerio de Salud. Según advirtieron, las modificaciones introducidas alteran de manera sustancial el funcionamiento histórico del organismo y podrían afectar negativamente las políticas públicas de vacunación en todo el territorio nacional.
En un comunicado conjunto, las entidades señalaron que la CoNaIn fue creada en el año 2000 como un órgano asesor técnico independiente, plural, federal y multidisciplinario, con la función de aportar evidencia científica y criterios sanitarios autónomos para la toma de decisiones de alto impacto en salud pública. A su entender, la reforma debilita esos pilares al reducir su autonomía y limitar su capacidad de intervención.
Uno de los puntos más cuestionados es que, a partir del nuevo esquema, la Comisión pasa a funcionar bajo la órbita de la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI) y solo podrá emitir recomendaciones cuando sea requerida por esa dependencia. Para las sociedades médicas, esto convierte a la CoNaIn en un órgano dependiente de la misma autoridad a la que debe asesorar, lo que compromete su independencia técnica.
Además, la presidencia de la Comisión quedará a cargo del titular de la DiCEI, quien también tiene la responsabilidad de ejecutar el Programa Nacional de Inmunizaciones. “Quien debe ser asesorado pasa a presidir el organismo que debería asesorarlo”, remarcaron, al advertir que esta superposición de funciones elimina la posibilidad de un control experto e imparcial.
Otro aspecto central de la crítica es la eliminación de la representación federal, ya que las provincias dejan de tener participación directa en la CoNaIn. Según las entidades firmantes, esta decisión invisibiliza las realidades epidemiológicas y territoriales donde se implementan las estrategias de vacunación, y desconoce la diversidad sanitaria del país.
También cuestionaron que la integración del núcleo científico pase a depender exclusivamente de ternas elevadas por Facultades de Medicina, lo que —afirman— restringe la pluralidad y refuerza una mirada médico-centralista. “Las políticas de inmunización no son potestad exclusiva de una disciplina, sino el resultado de un trabajo interdisciplinario que involucra a múltiples actores del sistema de salud”, subrayaron.
El pronunciamiento se da en un contexto que las sociedades consideran especialmente sensible: la caída sostenida de las coberturas de vacunación y la reaparición de enfermedades prevenibles. En ese marco, advirtieron que la experiencia internacional demuestra que el debilitamiento de estructuras técnicas independientes y la pérdida de consensos científicos incrementan los riesgos para la salud pública, en particular para niñas, niños, personas mayores y poblaciones vulnerables.
Las entidades firmantes —entre ellas la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y la Asociación Argentina de Microbiología (AAM)— reconocieron el trabajo ad honorem de los integrantes actuales y pasados de la CoNaIn, al que calificaron como clave para el fortalecimiento del Programa Nacional de Inmunizaciones y la incorporación de nuevas vacunas.
Por su parte, el Ministerio de Salud sostuvo que la reforma busca ordenar el funcionamiento y recuperar gobernanza en la toma de decisiones, reforzando el carácter consultivo y no vinculante de la Comisión, y remarcó que la responsabilidad técnica final en materia de inmunizaciones corresponde exclusivamente a la cartera sanitaria nacional.
Finalmente, las sociedades científicas concluyeron que solo con organismos técnicos independientes, plurales y representativos se pueden sostener decisiones sanitarias sólidas y preservar la confianza de la población en los programas de vacunación, un factor que consideran indispensable para la protección de la salud pública.



