El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, luego de participar en la movilización de la Confederación General del Trabajo (CGT) en rechazo del DNU 70/2023 y de la ley ómnibus y aseguró que no aceptará «ningún tipo de presión para acompañar medidas que perjudiquen al conjunto».
“Las medidas del Gobierno nacional ponen en riesgo el trabajo y la producción, complicándole la vida a millones de argentinos”, apuntó el mandatario provincial en su cuenta de la red social X.
Pasadas las 11 de la mañana, la tropa de intendentes comenzó a nuclearse en el bar Azteca, ubicado en la intersección de las calles Lima y México. Se sumaron representantes legislativos y otros funcionarios, mientras columnas de las diferentes organizaciones sindicales y políticas marchaban por la 9 de julio esquivando las postas policiales dispuestas por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Previamente, los referentes del PJ bonaerense habían compartido un desayuno, a modo de vigilia para luego marchar hacia el Congreso de la Nación, el epicentro de la manifestación.
El gabinete bonaerense estaba en pleno, había también intendentes del interior y algunos representantes legislativos. Kicillof fue el centro de atención, recibió saludos y se paseó entre los diferentes grupos para tener breves charlas con cada uno. A poco más de media hora de haber llegado, el gobernador y la dirigencia presente salieron a hacer una foto. Otra vez la militancia se desbordó y hasta le cantó “presidente, Axel presidente”, aquel hit que sonó fuerte cuando le pedían a Cristina Fernández de Kirchner que ungiera candidato a su hijo político dilecto.



