El famoso estilista Roberto Giordano fue condenado este miércoles, tras un juicio abreviado, a tres años de prisión por insolvencia fiscal y quiebra fraudulenta. Fue acusado de ocultar 17 bienes y de evadir impuestos con sociedades fantasmas y la carga probatoria fue tan contundente que decidió declararse culpable. A pesar de ello, no irá a la cárcel.
Giordano habría utilizado testaferros para crear cinco empresas pantalla que no estaban a su nombre, pero que estaba dirigiendo y utilizando para facturar, y a las que les había transferido sus propiedades (o vendido a precios irrisorios), para ocultarlas de la AFIP. Los bienes, entre autos y departamentos, sumaban un caudal millonario y en dólares.
“Lo que hizo Giordano fue, básicamente, crear una serie de empresas falsas y sellos de goma que puso a nombre de conocidos suyos, en su mayoría empleados sin capacidad financiera. Empresas que en realidad él manejaba desde las sombras. Es decir, usó testaferros. El objetivo fue esconder en esas sociedades fantasmas 17 bienes para evitar perderlos, ya que la AFIP lo estaba investigando y él lo sabía”, explicó una fuente en los tribunales del fuero penal económico.
En total fueron 17 los bienes que el peluquero pasó de su empresa a las sociedades fantasmas manejadas por sus conocidos. Lo hizo a través de ventas a valores nulos, bajos o transferidos directamente a personas carentes de solvencia económica. Luego los desapoderaba de sus bienes en detrimento de sus patrimonios.
Si bien Giordano desconoció esas maniobras, el juez no le creyó y tras un juicio abreviado, el peluquero emblema de los ’90 fue condenado a 3 años de prisión por insolvencia fraudulenta.



