En medio del proceso de reglamentación de la Ley Bases, el Gobierno ya planifica una reforma laboral más profunda que la implantada en esa norma y que contemple, entre otros puntos, la ampliación de la jornada de trabajo por convenio, la vuelta de los tickets de comida por fuera del salario y la habilitación para la firma de contratos con pérdida de derechos adquiridos. Esos ítems, inspirados en la prédica del ahora ministro Federico Sturzenegger, formarán parte de una ronda de diálogo que el secretario de Trabajo, Julio Cordero, abrirá con sindicatos y cámaras empresarias en las próximas semanas y que permitirá, en la tesis libertaria, alumbrar nuevos proyectos de ley a ser enviados al Congreso.
La idea es ampliar la jornada laboral, de 8 a 12 horas, por convenio colectivo; la vuelta de los denominados “tickets canasta” y la habilitación de contratos de tipo “intermedio”, que introduzcan nuevas figuras en la relación laboral, como la del “colaborador”.
El secretario Cordero se reunió la semana pasada con la cúpula de la Confederación General del Trabajo (CGT) y este miércoles se encontrará con las principales cámaras patronales del denominado Grupo de los Seis (industria, bancos, comercio, construcción, agro y finanzas), en la búsqueda de un acuerdo que permita sacar la reglamentación de la Ley Bases, y avanzar con estas reformas de fondo.
La ley, sancionada el mes pasado, calificó el bloqueo a las empresas como “grave injuria laboral”, pasible de ser considerada motivo de despido con causa y hasta de sanciones penales a los trabajadores que utilicen ese método como arma de protesta.
Lo que busca Cordero, aseguran, es consensuar con sindicatos y empresarios una instancia previa al despido, consistente en un “ultimátum” que evite la pérdida del vínculo laboral.
También, se contempla reglamentar la figura del “trabajador colaborador”, de modo a blanquear una relación de dependencia que, muchas veces, se da de hecho y aparece encubierta bajo la figura del monotributo.



