Después de que el INDEC haya difundido el número inflacionario del mes de julio, se informó que las ventas en supermercados y autoservicios de Argentina registraron una caída del 16,1% en junio, en comparación con el mismo mes del año anterior. Según un relevamiento realizado por la consultora Scentia, este descenso refleja el impacto negativo de la pérdida de poder adquisitivo y la recesión en el consumo masivo.
El contexto recesivo es la contracara a la desaceleración de la inflación celebrada por Javier Milei y su equipo económico- el índice no bajó del 4% en el último trimestre- y marca la caída del poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones desde la última devaluación a esta parte.
El informe señala que esta caída supera incluso la baja de abril, que fue del 13,7%. En junio, las ventas ya habían disminuido un 12,4%, y con los últimos datos, el acumulado de los primeros siete meses del año muestra una reducción total del 9,6%.
La tendencia es bastante similar entre los grandes supermercados y los autoservicios. En el primer caso, las ventas cayeron 16,6% (tanto en AMBA y el interior), mientras que en los comercios de proximidad la cifra negativa fue de 15,5% (en este caso, mientras que en el AMBA las ventas cayeron 7,7%, en el interior alcanzaron un 24,6%).
Además, el relevamiento anticipa que la baja continuará en los próximos meses y que incluso podría ser peor. En ese marco, los datos de fines de julio y principios de agosto muestran descensos en las ventas de entre el 18% y el 20%.



