El padre pedófilo Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por abusar a dos menores, pretende una liberación anticipada y mañana habrá una audiencia clave en el Tribunal Oral Criminal N° 1 de Morón para analizar la pertinencia de ese beneficio, el de salir antes de la cárcel, informaron fuentes judiciales.
Según lo que establece la condena, la salida del cura debería darse en mayo de 2028. Sin embargo, Grassi hizo una solicitud a las autoridades con el fin de que se revise su posible «liberación anticipada», veredicto del que se tendrá conocimeinto este jueves a las 11 en el Tribunal en lo Criminal N°1 de Morón.
Si bien el abogado de las víctimas, Juan Pablo Gallego, se mostró preocupado, también aseguró tener a su disposición todos los elementos necesarios para evitar que se le otorgue el beneficio de la libertad. «En primer lugar, porque el propio Código Penal establece que no es un beneficio que puedan pedir los delincuentes sexuales», explicó el letrado.
La condena a 15 años de prisión del cura mediático se conoció el 10 de junio de 2009, luego de nueve meses de debate y el testimonio de 130 testigos. Grassi había llegado imputado por 17 hechos, pero los jueces lo encontraron “autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual agravado por resultar sacerdote, encargado de la educación y de la guarda del menor víctima, reiterado en dos hechos, en concurso real entre sí, que a su vez concurren formalmente con corrupción de menores agravada por su condición de encargado de la educación y de la guarda”. Estos ilícitos, cometidos en la fundación, fueron perpetrados “en fecha indeterminada, en la mañana de un día sábado o domingo de la última quincena del mes de noviembre de 1996 y el 7 de diciembre de 1996, en la localidad y partido de Hurlingham (…) en perjuicio de O.A.A.”.
En 2010, la Sala II del Tribunal de Casación Penal bonaerense desestimó las impugnaciones y confirmó la sentencia condenatoria. Tres años después, la Suprema Corte de Justicia provincial rechazó los recursos extraordinarios y luego la Corte Suprema, en 2017, dejó firme la condena tras declarar inadmisible un planteo presentado por la defensa del religioso. Con la firmeza del caso, se realizó el cómputo de la pena, que se fijó hasta agosto 2026 por aplicación del instituto procesal conocido como “dos por uno”.
«Voy a exponer y alegar los motivos por los cuales Grassi no puede salir. En primer lugar, porque el propio Código Penal establece que no es un beneficio que puedan pedir los delincuentes sexuales, por otro lado, el acusado hizo ese pedido por escrito y el tribunal de alguna manera abrió el incidente a prueba, se le pidió una pericia psicológica a la cual él se opuso y por último, hubo mucho cabildeo con el informe carcelario», detalló Gallego.
Sin embargo, el letrado sostuvo que Grassi es un «poderoso» que siempre «aprovecha» algún momento de «distracción» para que le otorguen beneficios.



