Cuando Lali Espósito lanzó un tuit crítico tras la victoria de Javier Milei el 19 de noviembre de 2023, no imaginaba la magnitud de la tormenta que se desataría en su contra. El resultado electoral provocó que la cantante se convirtiera en blanco de ataques feroces desde el «Troll Center» asociado al espacio libertario, una maquinaria de bots y cuentas anónimas que no tardaron en cruzarla con saña.

En 2023 la cantante decidió usar su cuenta personal de X para tildar de «peligroso» y «triste» el resultado en las PASO que perfilaban al líder libertario como un firme candidato a ganar las elecciones. Al respecto contó que su intención fue expresarse y que el ataque posterior fue desmedido. «Cuando alguien les molesta o algo les molesta, funciona así. Te operan de esta manera», comentó.

«Estaba como realmente sorprendida con la situación y me llama Rodolfo Páez», reveló. La intérprete contó que el colega le pidió con urgencia hablar por teléfono. Si bien estaba en medio de un trabajo decidió hacerle caso y recibió la llamada del compositor. Me dijo: ‘Tu campo de batalla siempre será el arte. Si te vas a pelear a otro lado, perdés. Perdés porque no es tu campo de batalla, es decir a través de la música’. Para mí ese trabajo fue muy importante. Le reforcé esas palabras ese día”.

En cuanto a qué había cambiado en su vida tras ese complejo momento, explicó: “A partir de ese momento, todo hacia adelante fue de un gran aprendizaje y de una mirada muy compasiva sobre mí misma. Yo estoy segura de lo que hago, de por qué la gente me quiere, voy hacia adelante”.

La lección que le dejó Fito fue clara: en el arte, ella tiene la certeza de ganar. Y en el contexto actual donde las opiniones pueden ser desmenuzadas, malinterpretadas y vilipendiadas, el arte sigue siendo el refugio seguro donde puede expresarse sin límites.

«Yo estoy segura de lo que hago, de por qué la gente me quiere, voy hacia adelante», concluyó. Y así, fiel al consejo de Páez, Lali eligió seguir adelante, utilizando su música como escudo y como arma, navegando a través de la tormenta que desató su simple expresión política, demostrando que su verdadero campo de batalla no es el fango de las redes sociales, sino el escenario.