La drástica suba de tarifas de servicios básicos como agua, gas, electricidad y prepagas puso al límite el presupuesto de las familias del país, obligándolas a reducir otros gastos esenciales para afrontar los aumentos. La carga de estos servicios en el gasto familiar se multiplicó varias veces en el último año, mientras que los salarios quedaron rezagados, provocando así que muchos trabajadores formales se ubiquen debajo de la línea de pobreza.
Un informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios de la UBA-Conicet destaca que el costo de la canasta de servicios públicos en el salario promedio registrado privado subió del 5,9% en diciembre pasado al 12,2% en octubre de este año. Además, el gasto en transporte en esta canasta creció hasta un 42%, mientras que servicios como salud también sufrieron alzas que llevaron a miles de personas a abandonar la atención privada.
Para los hogares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el gasto promedio en servicios sin subsidios alcanzó los $134.414 en octubre, pese a una reducción en el consumo de gas. De diciembre de 2023 a la fecha, los costos de servicios aumentaron un 369% debido a la eliminación gradual de subsidios, y aunque el Estado cubre el 47% de estos costos, las familias se enfrentan a un panorama en el que el ajuste en el consumo seguirá siendo la norma.