El Gobierno nacional anunció la subasta del inmueble donde actualmente funciona el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), ubicado en la esquina de Ortiz de Ocampo y Cerviño, en la Ciudad de Buenos Aires. Aunque desde el Ejecutivo argumentan que la venta responde a un plan para «optimizar recursos del Estado», la medida desató críticas por tratarse de un edificio histórico con más de un siglo de antigüedad.
Con una superficie cubierta de 3.143 m² y un valor base de USD 6.378.968, el inmueble será puesto en venta a través de la plataforma digital SUBAST.AR. La Comisión Nacional de Monumentos determinó que el edificio «no posee valor patrimonial», decisión que habilitó su desafectación. Sin embargo, especialistas en conservación del patrimonio y organizaciones sindicales cuestionaron esta valoración, subrayando la relevancia histórica y arquitectónica del lugar.
Reclamos y defensa del patrimonio
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) organizó un abrazo simbólico al edificio en protesta por la decisión. Julieta Boedo, representante de ATE, destacó: “Es un error subastar un espacio que, además de su valor histórico, alberga actividades esenciales para el desarrollo agropecuario del país. Esto no solo afecta a los trabajadores, sino también al patrimonio de todos los argentinos”.
El edificio, construido a principios del siglo XX, es un emblema de la arquitectura de la época y ha sido sede de iniciativas científicas clave para el avance del sector agropecuario. La noticia de su subasta generó preocupación en la comunidad científica y cultural, que teme la pérdida de un espacio que combina historia y desarrollo tecnológico.