Los cuatro futbolistas de Vélez Sársfield aprehendidos bajo cargos de abuso sexual agravados permanecen alojados en la Dirección General de Investigaciones de Tucumán a la espera de una audiencia clave, en la que se resolverá si recuperan la libertad o transitan presos el resto del proceso.
Sebastián Sosa, José Florentín, Braian Cufré y Abiel Osorio quedaron privados de su liberad el lunes, después de que la presunta víctima declarara durante unas cuatro horas en Cámara Gesell y la fiscal María Eugenia Posse pidiera sus aprehensiones.
A diferencia de lo que ocurre en Capital Federal o Provincia de Buenos Aires, la audiencia en la que el juez Lucas Alfredo Taboada determina si los acusados tienen que estar efectivamente detenidos o no durante todo el proceso, que puede demorar entre un año y medio y dos, se llevará a cabo recién el miércoles alrededor del mediodía.
La joven, de 24 años, asegura que fue abusada sexualmente en la madrugada del pasado domingo 3 de marzo, en el hotel donde concentraba el plantel de Gustavo Quinteros en San Miguel de Tucumán, tras el 0-0 contra el Decano.
Tras el partido entre Vélez y Atlético Tucumán, la víctima denunció que fue invitada al hotel donde se concentraba el equipo de Liniers. Según sus dichos, fue Sosa quien le pidió que vaya tras una serie de mensajes de Instagram.
Al llegar a la habitación 407, la chica se encontró al jugador. Poco después, se sumaron Osorio, Cufré y Florentín. “Con los cuales comenzó a compartir unas latas de cerveza, luego le ofrecieron fernet y, después de tomar unos tragos, comenzó a sentirse mal, muy mareada, por lo que se recostó en una de las camas, como adormecida”, de acuerdo al reporte inicial.
En ese momento habría ocurrido el ataque. La joven dejó el hotel en un auto de aplicación, que pidió ella misma. Tres días más tarde, se presentó ante la División Delitos contra las Personas de la Policía de Tucumán para realizar la denuncia. Allí, entregó la ropa que usó aquella noche.
Dependiendo cómo avance la causa y la investigación, la Justicia podría considerar que fue un abuso sexual agravado (por penetración). A eso, se suma otro agravante: haber sido cometido en grupo. Si avanza, incluso podrían enfrentarse a una pena mayor de 15 años de prisión.



