El Gobierno Nacional de Javier Milei decidió postergar la implementación de la nueva metodología de medición de inflación, a pesar de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) ya tiene todo listo desde marzo. El cambio implicaría una actualización en la canasta de bienes y servicios utilizada actualmente, que data de 2004.
La propuesta del organismo estadístico es utilizar una canasta más reciente, basada en los patrones de consumo de los hogares argentinos durante 2017 y 2018. Esto incluiría mayor ponderación para rubros como tecnología y servicios, que tuvieron aumentos significativos en los últimos años.
Desde el Ejecutivo explicaron que la postergación responde a la necesidad de esperar una «mayor estabilidad». Sin embargo, especialistas señalan que el nuevo índice podría arrojar cifras más elevadas de inflación, lo que generaría un fuerte impacto político en un contexto delicado.
Economistas advierten que la demora en la actualización no solo afecta la transparencia del indicador, sino que también podría distorsionar el análisis sobre el poder adquisitivo y el consumo de los hogares. Mientras tanto, el Indec continuará publicando los datos bajo la metodología vigente.