En su mensaje durante el Ángelus dominical, el Papa Francisco compartió que atraviesa un tiempo de prueba y que su físico es débil debido a la enfermedad que lo mantiene internado desde el 14 de febrero en el Hospital Gemelli, en Roma.
«Mientras afronto un tiempo de prueba, y me uno a tantos hermanos y hermanas enfermos: frágiles, en este momento, como yo. Nuestro físico es débil pero, aun así, nada puede impedirnos amar, rezar, donarnos, ser los unos para los otros en la fe, signos luminosos de esperanza», escribió el Papa en su mensaje, transmitiendo un mensaje de fe y esperanza.
También reflexionó sobre el cuidado y la atención que reciben los enfermos en hospitales y centros de asistencia, donde se reflejan gestos de amor y solidaridad en momentos de dolor. «¡Cuánta luz brilla, en este sentido, en los hospitales y en los centros de asistencia! ¡Cuánta atención amorosa ilumina las habitaciones, los pasillos, los ambulatorios!» añadió.
El Papa expresó su agradecimiento a quienes lo asisten con dedicación, y destacó especialmente a los niños que rezan por él: «Sé que muchos niños rezan por mí; algunos de ellos han venido aquí al Gemelli como signo de cercanía. ¡Gracias, queridos niños! El Papa los ama y espera siempre encontrarlos».
Según el último parte médico, el Papa continúa mostrando mejoría. Aunque sigue recibiendo oxígeno de alto flujo, ha reducido la necesidad de ventilación mecánica. Su situación es estable, y se encuentran recibiendo terapia respiratoria y motora, con progresos graduales.
A pesar de su recuperación, el Papa sigue bajo atención médica continua, y su estado se mantiene controlado. Se ha reducido la frecuencia de los partes médicos, pero la institución indicó que esto es solo porque no hay novedades significativas sobre su condición.



