Aunque el desempleo bajó en el tercer trimestre de 2024, ubicándose en un 6,9% (una caída en relación con el trimestre anterior), las cifras reflejan una realidad compleja que, lejos de ser una buena noticia, deja al descubierto el aumento de la desocupación en comparación con el mismo periodo del año pasado. La crisis se profundiza con el crecimiento de la informalidad laboral y la proliferación de monotributistas, que afectan directamente a la capacidad adquisitiva de los trabajadores.
En el marco de la fecha emblemática del pago del Sueldo Anual Complementario (SAC), el informe también revela que, de los aproximadamente 21,2 millones de personas ocupadas, solo un 73,1% está empleado como asalariado, con una leve disminución en lo que se refiere al mismo periodo de 2023. Mientras tanto, el resto de los trabajadores, muchos de ellos sin una relación formal de dependencia, se ven excluidos de los beneficios establecidos por la ley, como el aguinaldo.
En cuanto a los datos desagregados, se observa que del total de 15,4 millones de asalariados, solo 11,5 millones se encuentran en relación de dependencia formal, mientras que el resto trabaja bajo modalidades informales o sin los beneficios de la ley.
Además, el informe también resalta que el número de monotributistas continúa en ascenso, alcanzando los 5,4 millones, lo que refleja una creciente dependencia de este régimen para aquellos que no logran acceder a un empleo formal. Estos números indican un claro desafío en la regulación del mercado laboral y la necesidad de fortalecer las políticas públicas en materia de empleo y seguridad social.