Este domingo falleció Azucena Díaz de Teján, integrante de las Madres de Plaza de Mayo y figura destacada en la defensa de los derechos humanos en Argentina. Su militancia estuvo marcada por la búsqueda de su hijo, Manuel Asencio Taján, militante del sindicato del Ingenio Concepción en Tucumán, secuestrado el 24 de marzo de 1976, día del golpe de Estado.
Nacida en el Ingenio La Florida, a 30 kilómetros de San Miguel de Tucumán, Azucena comenzó su camino en la lucha al recorrer comisarías y cuarteles en busca de respuestas sobre el paradero de su hijo. En 1980 se instaló en Gregorio de Laferrere, partido de La Matanza, donde junto a su hija Dora se sumó a las rondas de los jueves en la Plaza de Mayo.
Su compromiso fue reconocido en varias oportunidades. En 2024, la Comisión de Derechos Humanos del Senado bonaerense la declaró Personalidad Destacada de los Derechos Humanos, distinción que recibió en su hogar de Laferrere. Desde la organización agradecieron el homenaje: “Lo recibimos en nombre de nuestros 30.000 hijos e hijas”.
El fallecimiento de Díaz generó múltiples muestras de afecto. La agrupación H.I.J.O.S. Matanza la despidió con un mensaje cargado de emoción: “Hasta la memoria siempre Azucena Díaz de Teján”. También el secretario general de la Gobernación bonaerense, Carli Bianco, expresó: “Con profundo dolor despedimos hoy a Azucena Díaz, Madre de Plaza de Mayo y luchadora incansable por la Memoria, la Verdad y la Justicia”.
En el documental Todos son mis hijos, Azucena dejó una frase que refleja su incansable compromiso: “Cansancio no siento. Hay veces que no puedo, pero las ganas no se me quitan de ir. Porque a mí me parece que en la Plaza, entre medio de toda la juventud, está mi hijo. Y están todos, los 30.000 desaparecidos”.



