El papa Francisco, líder de la Iglesia Católica y primer pontífice argentino, murió este lunes a los 88 años en el Vaticano. La noticia fue confirmada por el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en un comunicado oficial.
«Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana (hora del Vaticano), el Obispo de Roma regresó a la casa del Padre«, indicó el mensaje. «Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia», agregó.
El estado de salud del Papa se había agravado en febrero, cuando fue internado en el hospital Gemelli con un cuadro de dificultad respiratoria. El diagnóstico fue una neumonía bilateral, que derivó en un tratamiento intensivo con antibióticos y corticoides. Aunque logró retomar algunas actividades públicas, incluyendo la misa de Pascuas este domingo, su cuadro clínico continuaba siendo delicado.
El equipo médico del Vaticano había informado que se trataba de una «infección polimicrobiana en contexto de bronquiectasias y bronquitis asmática», lo que complicó la respuesta al tratamiento. Durante las últimas semanas, el Vaticano optó por no emitir partes médicos frecuentes, aunque se supo que el Papa permanecía bajo vigilancia permanente.
Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el barrio de Flores, Ciudad de Buenos Aires. Fue técnico químico, estudió teología y filosofía, y se unió a la Compañía de Jesús a los 22 años. Fue ordenado sacerdote en 1969, arzobispo de Buenos Aires en 1998 y creado cardenal en 2001 por el papa Juan Pablo II.
En 2013, tras la renuncia de Benedicto XVI, fue elegido como el papa número 266 de la Iglesia Católica. Su elección marcó un hito histórico: fue el primer papa latinoamericano, el primero en provenir de la orden de los jesuitas y el primero en adoptar el nombre de Francisco, en homenaje a San Francisco de Asís.
Su pontificado estuvo atravesado por un fuerte énfasis en la austeridad, el cuidado de los más pobres, el diálogo interreligioso y el llamado constante a la paz y al cuidado del medio ambiente.