14 junio, 2025
24.1 C
Buenos Aires

Independiente: La barrabrava irrumpió en el entrenamiento y presionó al plantel para que «empiece a ganar»

Este sábado, la tensión en Independiente alcanzó un nuevo pico cuando un grupo de barrabravas irrumpió en el entrenamiento del equipo en Villa Domínico y lanzó una advertencia directa a los jugadores. La barra, liderada por Mario Nadalich y Juan Ignacio Lencziki, exigió al plantel que mejore su rendimiento y que «deje la joda«, haciendo referencia a la reciente controversia por la fiesta en un yate que involucró a varios futbolistas, entre ellos Marco Pellegrino y Diego Tarzia, quienes recibieron sanciones internas.

El incidente ocurrió apenas concluyó la práctica, cuando tres camionetas y varios autos ingresaron al predio de entrenamiento de Independiente. Sin mediar palabras, 25 integrantes de la barra reunieron a los jugadores y, bajo un tono amenazante, lanzaron un mensaje claro: «Dejen la joda y empiecen a ganar porque si no, la próxima vez no hablamos, actuamos«. Según fuentes presentes, algunos de los barrabravas incluso mostraron morrales cerrados, insinuando que contenían algo intimidante, aunque sin revelar su contenido.

El plantel, visiblemente sorprendido, intentó calmar la situación. Los jugadores más experimentados y respetados por la hinchada, como el arquero Rodrigo Rey y Federico Mancuello, intercedieron para bajar la tensión, explicando que la entrega en la cancha es total. Sin embargo, el mensaje de la barra fue inamovible y apuntaba directamente a las salidas públicas de varios jugadores que fueron vistas por los hinchas como una falta de compromiso.

Este apriete de la barra se suma a otro episodio ocurrido hace dos meses y medio, cuando los referentes de la hinchada visitaron al plantel en Domínico y, según se informó, mantuvieron una charla en buenos términos con varios jugadores. Sin embargo, el resultado de la apretada de este sábado refleja una situación mucho más hostil y masiva.

FOTO: MATÍAS TREJO

Independiente, que acumula 22 años sin obtener un título nacional, atraviesa una crisis tanto en lo deportivo como en lo institucional, y la presión sobre los jugadores será aún mayor en el próximo partido, donde el equipo enfrentará a Unión el martes. Con la hinchada disconforme y la barra incrementando su presencia, el clima en el club de Avellaneda parece estar lejos de encontrar tranquilidad.