La postal de Tucumán no fue la esperada por Javier Milei cuando en el 1 de marzo, desde el Congreso Nacional, convocó al Pacto de Mayo. La pintura de la política, los gremios y el Poder Judicial a sus pies, reconociendo su liderazgo para un acuerdo refundacional, no fue tal. Si la imagen apuntaba a ser el punto de partida para la fase 2 de la gestión, una suerte de relanzamiento del Gobierno, el Presidente deberá interpelar con otros modos y con mejores resultados a aquellos que no se vieron tentados a posar para la foto en la Casa Histórica. Por más simbolismo independentista al que haya apelado La Libertad Avanza en las tarjetas virtuales de invitación.
El evento se transmitió por cadena nacional a la medianoche. A las 23.20 comenzaron a llegar los gobernadores, ministros del Gabinete, invitados especiales y los ex presidentes Mauricio Macri y Adolfo Rodríguez Saá. Luego, con todos los convocados presentes, arribó el presidente Javier Milei con la banda y el bastón y acompañado de su hermana Karina Milei.
Luego de entonarse el Himno Nacional el jefe de Estado brindó el discurso en el que hizo foco sobre la herencia y los principales desafíos que enfrenta la Argentina de cara al futuro. Milei se referió en detalle al contenido del Acta de Mayo y les habló, principalmente, a los argentinos.
Las frases de Milei en su discurso
- Sostuvo que los 10 puntos del Pacto de Tucumán «son leyes básicas inalterables de la economía» y «matemática inobjetable». «Cuando obedecimos estos principios como nación nos fue tan bien en tan poco tiempo que fuimos envidia del mundo entero», planteó.
- «La Argentina se encuentra ante un punto de inflexión. Los puntos de quiebre en la historia de una nación no son momentos de paz y tranquilidad, son momentos de dificultad y conflicto donde todo parece cuesta arriba. Son momentos en donde el abismo se hace tan claro que el cambio se convierte en una obligación y en una urgencia», afirmó.
- Sobre el primer punto del Pacto, sostuvo que «la defensa de la propiedad es la defensa de un derecho y el camino del crecimiento económico», por lo que prometió que desde el Gobierno se «perseguirá una agresiva agenda de desregulación económica».
- Para el jefe de Estado, la firma del Pacto de Tucumán es, «después de tanta división», un «símbolo del cambio de época». Aprovechó para atacar a los gobernadores que no asistieron a Tucumán: dijo que tomaron esa decisión por «anteojeras ideológicas» y por no querer «ceder sus privilegios».
- El mandatario nacional ratificó su plan de ajustar y achicar el Estado al afirmar que «un Estado chico con funciones delimitadas vale más que un Estado grande que dilapida los recursos y bloquea la prosperidad». «Desde el Estado nacional demostramos nuestro compromiso haciendo la reducción del gasto público más grande de la historia nacional, los aquí firmantes se hicieron responsables de hacer lo mismo en sus distritos», remarcó.
Habló también de su intención de impulsar una reforma laboral, debido a que «el sistema actual es un ancla, con normas vetustas, que hace difícil contratar personal». - El mandatario dijo estar dispuesto «a devolver a las provincias lo que es suyo» y pidió apoyo para «explotar los recursos naturales que Dios nos ha dado» y no escuchar «las demandas de minorías ruidosas», en referencia a las organizaciones ambientalistas.
También señaló que Argentina «tiene que dejar de ser un infierno fiscal para quienes trabajan, se esfuerzan e invierten». «La reducción del Estado tiene que venir acompañada de una merma en el sistema fiscal de la economía», dijo. - Milei abundó en algunos datos incomprobables que suele dar en sus discursos, como que la economía argentina «es la tercera más cerrada del planeta, solamente superada por las de Sudán y Etiopía». «La política hizo creer de manera demagógica que cerrar la economía era proteger a los argentinos», lanzó.
- «Les prometo que vamos a vivir en un país sin inflación por el resto de nuestras vidas», dijo.
El desinflado retrato de Tucumán se asemejó más a un mendigar de respaldo a gobernadores, que aceptaron un último espaldarazo en medio del derrumbe económico, que a una refundación de los destinos de la Patria. Más allá de que Milei, balbuceante, haya mencionado: «Nos reunimos para renovar nuestros votos patrióticos». Un lazo débil con lo que ocurrió en esa misma casa 208 años antes.



