En su intervención en el Foro Económico Mundial en Buenos Aires, el presidente Javier Milei pronunció un discurso fie a su estilo: en tono combativo y repleto de afirmaciones contundentes, que incluyó críticas a sus adversarios políticos.
El jefe de Estado destacó las “reformas radicales” que impulsa su gobierno, subrayó su compromiso con la reducción del tamaño del Estado y el impulso a las libertades individuales, e insistió en que el éxito de su gestión radica en que “hace lo que tiene que hacer” y logra la aceptación social con medidas que, en otros contextos, habrían generado un fuerte rechazo popular.
«Los invitamos a retomar el protagonismo que el Estado les robó», les dijo el libertario tras repasar algunas potencialidades de Argentina como Vaca Muerta, el litio y la minería, el agro o la industria tecnológica. Para seducir al sector privado Milei habló de los dos ejes de su gestión: «macroeconomía ordenada anclada en el equilibrio fiscal» y «esfuerzo titántico para desregular toda la economía».
En ese segundo punto elogió al ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, por la tarea. «Todos los días elimina alguna traba o desactiva un curro como si trabajara en un escuadrón antibombas», afirmó.
El presidente libertario remarcó que ya hicieron «el ajuste más grande de la historia de la humanidad» sin perder «un ápice» de apoyo social y garantizó que seguirá el mismo camino. «Es lo que permite financiar la inversión privada», argumentó.
Este discurso de Milei se dio en el marco de lo que se llama la Reunión de Estrategia País – Argentina organizada por el Foro Económico Mundial. El evento, que se realizó en la capital federal, reunió a líderes empresariales de todo el planeta.
El encuentro se produce luego de la rimbombante participación del presidente argentino en la reunión anual que la organización hizo en Davos a mediados de enero. Esta vez, la organización organizó un encuentro en Argentina para explorar «los desafíos y oportunidades actuales» del país.