Tras la represión sufrida por los jubilados en la manifestación del 12 de marzo frente al Congreso, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitió un comunicado exigiendo a las autoridades argentinas investigar con diligencia los hechos ocurridos. El organismo expresó su preocupación por el uso indiscriminado de la fuerza contra los manifestantes, muchos de los cuales eran personas de edad avanzada.
La ONU destacó que, aunque algunos actos de violencia fueron reportados durante la protesta, «no justifica el uso de la fuerza contra todos los participantes de una manifestación pacífica». Además, subrayó que el uso de la fuerza debe respetar los principios internacionales de legalidad, proporcionalidad y rendición de cuentas, haciendo especial énfasis en el uso adecuado de armas menos letales, como los gases lacrimógenos, que en este caso provocaron lesiones graves.
El comunicado también mencionó el caso de Pablo Grillo, el fotógrafo impactado por un cartucho de gas lacrimógeno, quien se encuentra en estado crítico. La ONU expresó su preocupación por su estado de salud y destacó la importancia de garantizar la independencia judicial en la investigación de las detenciones y actuaciones policiales.
Este llamado se produce mientras las autoridades locales investigan el accionar de las fuerzas de seguridad, con la intervención de la Procuraduría de Violencia Institucional, que ha abierto una denuncia de oficio para esclarecer lo sucedido.



