10 noviembre, 2025
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Buenos Aires

La visita a los genocidas contó con el «Ok» de Patricia Bullrich

La diputada de La Libertad Avanza, Rocío Bonacci, una de las legisladoras oficialistas que se reunieron con represores en la cárcel de Ezeiza, aseguró este jueves que el cónclave tuvo el aval de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

La libertaria brindó una nota a Radio Mitre, en donde detalló el detrás de la reunión que mantuvieron con genocidas de la última dictadura cívico-militar: «Lo craneó Beltrán (Benedit), supongo que con ayuda de Guillermo (Montenegro) y, parece ser, a raíz de unos chats que salieron ayer, todavía no lo charlé con el bloque, que esto tenía un okey de Patricia Bullrich».

En ese sentido, precisó cómo ingresaron los diputados a la cárcel de Ezeiza para mantener el encuentro. «Simplemente nos abrieron la puerta, ingresamos, conversamos, nos recibieron muy cordialmente y los diputados teníamos todos nuestros teléfonos. Fue todo muy irregular. De hecho, ingreso al pabellón consciente de que me iban a tantear los bolsillos, que me iban a pedir el teléfono y más datos y no pasó», afirmó.

En tanto, rechazó el proyecto de ley para buscar la liberación de genocidas: «Le comuniqué a Beltrán que no me iba a poner a defender este proyecto que tira a la basura 40 años de democracia. No merecen que gastemos nuestro tiempo. Fueron horas desagradables. No me quedó otra que quedarme ahí, en un momento de la reunión pedí retirarme y me pidieron que esperara para salir todos juntos».

Estas declaraciones contradicen la versión oficial, que sostiene que la visita fue una acción personal de los diputados, desconocida por el Poder Ejecutivo de la Nación.

Poco después de que se difundiera la foto de los legisladores junto a Alfredo Astiz, Ricardo Cavallo y Raúl Guglielminetti, entre otros represores, la diputada Rocío Bonacci -quien optó por no aparecer en la imagen- acusó a su compañero de banca, Beltrán Benedit, de haber ocultado el verdadero propósito de la visita al penal. “Nací en el 96, había muchos reclusos que a nadie le sonaban. Cuando me plantean que nos estaban esperando, fui la primera en saltar y comunicárselo a mis compañeros”, explicó Bonacci.