Facundo Manes busca recuperar aquella centralidad que supo tener en la UCR durante el 2021 cuando se animó a “dar el paso” y emergió como una nueva figura política. Tras aquella gran elección en la que superó el 1,2 millones de votos en la provincia de Buenos Aires, su liderazgo se diluyó al calor de la feroz interna de Juntos.

Su perfil más crítico en el Congreso ante la gestión de Javier Milei le permitió ahora recuperar terreno ante una conducción partidaria que, en líneas generales, se mostró colaboracionista con el economista libertario. Desde ese lugar y el de una «oposición responsable» frente a la gestión de Axel Kicillof, pretender consolidarse como el dirigente capaz de levantar las banderas de un radicalismo “de centro” que reivindique los valores fundacionales del centenario partido.

Luego de un encuentro de alto vuelo político, el radicalismo bonaerense comenzó el proceso de transformación luego de poco más de ocho años de cola de león del Pro y se encamina hacia creerse como el real competidor del peronismo en la Provincia. “No hay 2027 sin ganar el Comité primero”, dicen en el interior del sector que comanda Manes y que comienza a visibilizar algunos intendentes en su canasta para quedarse con el espacio y ganar territorio.

El diagnóstico que tiene Manes es que el abadismo busca despegarse, aunque todavía tiene “atadas las manos” y que el escenario “lo va a obligar a tejer alianzas internas” para sostener su bloque de poder interno. “Tenemos que despegarnos del mote de derecha que nos endilgaron por la alianza con el PRO y para eso hay que buscar nuevas alianzas en la dirección histórica que siempre tuvo el partido”, dice uno de los legisladores radicales que reporta en la canasta de Manes.