La policía detuvo al principal sospechoso del brutal asesinato de Gastón Altamirano, ocurrido el 24 de octubre en un taller mecánico de Quilmes. La víctima, un sereno de 36 años, fue atacada con 20 puñaladas y, antes de fallecer, logró identificar a su agresor como Pablo Calatayud, su amigo y compañero de trabajo.

Calatayud, tras el ataque, robó 300 mil pesos pertenecientes a la pensión por discapacidad de Altamirano y se dio a la fuga. Durante dos semanas, las autoridades realizaron intensas investigaciones y allanamientos en busca del prófugo. Finalmente, este martes, fue capturado en la villa de emergencia “La Candela” en Villa Luzuriaga, durante un operativo encubierto llevado a cabo por la Dirección Departamental de Investigaciones de Quilmes y La Matanza.

Al ser arrestado, Calatayud confesó el crimen de su amigo y colega, aunque justificó sus actos aludiendo que se encontraba bajo los efectos de las drogas y que en ese estado confundió a Altamirano con el “Pomberito”, una figura mítica del folclore guaraní.

«El Pomberito» es una leyenda, presente en la cultura de Argentina, Paraguay y Brasil, también conocido como Pombero, como un ser nocturno que habita en los bosques y protege a la naturaleza y las criaturas que viven en ella. La figura del Pomberito suele ser retratada como un hombre pequeño y rústico, de largas barbas y con los pies al revés, capaz de causar travesuras a quienes invaden su territorio o lo desafían, y provoca temor con ruidos extraños y silbidos.

El caso recayó en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 7 de Quilmes, a cargo de la fiscal Ximena Santoro. Calatayud ahora enfrenta cargos por el asesinato de Altamirano, mientras que la fiscalía continúa investigando la veracidad de su relato y la supuesta influencia de las drogas y supersticiones en el crimen.