Tras un paro que causó caos en los aeropuertos, el presidente Javier Milei impuso un ultimátum a los sindicatos de Aerolíneas Argentinas: deberán aceptar la eliminación de beneficios fuera de mercado o se enfrentan al posible cierre de la compañía.

La reciente huelga de los gremios aeronáuticos dejó a cientos de pasajeros varados y marcó un antes y un después en el conflicto entre Aerolíneas Argentinas y el Gobierno. Ante el malestar generado, el presidente Javier Milei endureció su postura y amenazó con que, si los sindicatos no acceden a revisar y eliminar los beneficios que superan las condiciones del mercado, avanzará con el cierre de la aerolínea de bandera. El método firme —que el mandatario supo utilizar en otros conflictos de su administración— se puso en marcha con la advertencia de que no se aceptará ninguna concesión parcial.

Entre los privilegios cuestionados se incluyen pasajes vitalicios para empleados y familiares, traslados a cargo de la empresa, y beneficios extraordinarios que, según el Gobierno, implican un déficit de más de 600 millones de dólares anuales. Ante esta situación, Milei ha planteado que, de no eliminarse estos beneficios, Aerolíneas Argentinas deberá privatizarse, cerrarse o entregarse a los empleados.

En paralelo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se comprometió a mantener conversaciones con los sindicatos, pero aclaró que la negociación solo avanzará si se accede a discutir cada uno de los puntos en disputa.