La empresa multinacional Whirlpool, recortó un turno de la producción y redujo al menos 60 puestos de trabajos en su planta de Pilar, que actualmente cuenta con 400 operarios. Esto ocurre en el marco de una importante caída del consumo en el mercado local y en medio de la reestructuración a nivel globlal.
Este recorte laboral, síntoma de una fuerte crisis económica, se suma a los antecedentes en Mabe, ex Drean y marca de electrodomésticos, que despidió a 200 trabajadores en su planta de Luque, Córdoba; y a los 50 despidos en WEG, una fábrica de motores eléctricos proveedora, también en Córdoba.
El ajuste en la planta de Pilar se da en medio de una tormenta perfecta. Tan sólo dos años después de haber sido puesta en funcionamiento como una apuesta para abastecer al mercado interno pero, más que nada, exportar en torno al 70% de la producción a Brasil toda una serie de factores se combinaron para forzar un freno. El golpe más reciente fue la baja de aranceles para la importación de lavarropas y heladeras, lo que ha intensificado la presión sobre los productores locales por parte de los bienes importados.
Recordemos que hace algunos días, la empresa cuya sede principal está en Estados Unidos, anunció la reducción de mil puestos de trabajo en diferentes sucursales del mundo, promoviendo la reducción de costos e iniciando un plan de achique en argentina.



