Un nuevo proyecto de ley busca proteger el emblemático «Castillo» de Cañuelas, sugiriendo su inclusión en el patrimonio cultural de la Provincia de Buenos Aires. Este majestuoso edificio, inaugurado en 1932, está actualmente en estado de abandono y a la venta por 3,8 millones de dólares. Su deterioro genera preocupación entre los vecinos, quienes desean recuperar este importante patrimonio histórico.
La arquitecta Ludmila De Francisco, especializada en conservación patrimonial, impulsa un anteproyecto de ley con el objetivo de que la ex fábrica Finaco (conocida como El Castillo de Cañuelas) sea declarada “Bien de Interés Histórico y Arquitectónico, incorporado al patrimonio cultural de la Provincia de Buenos Aires”.
En el anteproyecto que giró a todos los legisladores de la Cámara Baja, propone que la estructura sea conservada, refuncionalizada y destinada a la futura Universidad Nacional de la Cuenca del Salado.
De Francisco, de 27 años, se graduó como arquitecta en la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM) cuyo inmueble fue sede de la planta automotriz Chrysler Fevre Argentina, hasta 1987. De allí salieron los camiones D-400, los míticos Valiant y los Dodge Polara o Dodge GTX (como el que corría el piloto cañuelense Juan Carlos Nesprías). Ese detalle es uno de los que la motivó a interesarse por la recuperación de las fábricas abandonadas.
La diputada Ayelén Rasquetti había iniciado un proceso de expropiación para que el Estado provincial adquiriera el inmueble con el objetivo de convertirlo en un Polo Judicial, que agruparía juzgados, fiscalías, policía y oficinas de tránsito. Sin embargo, el proyecto quedó estancado y fue finalmente archivado el 4 de marzo de 2023.
Reingresado el 20 de marzo de 2024, el proyecto volvió a la Comisión de Tierras y Organización Territorial al día siguiente, pero nuevamente no obtuvo aprobación. A pesar de algunos intentos de reactivación en mayo, la iniciativa no prosperó.
El nuevo proyecto busca no solo proteger el valor histórico y cultural del «Castillo», sino también su importancia urbanística y social para la comunidad de Cañuelas. Este edificio de cinco pisos fue inaugurado por Gustavo Eugenio Artaux, un industrial francés especializado en la elaboración de alimentos deshidratados.



