El club, reconocido por su legado en el fútbol femenino, enfrentó críticas por parte de exjugadoras que denuncian falta de apoyo dirigencial.
El Club Deportivo UAI Urquiza sorprendió al mundo del fútbol femenino argentino al anunciar su decisión de descender voluntariamente a la Primera B para la temporada 2025. A través de un comunicado, el club justificó su decisión como parte de un plan estratégico orientado a la sostenibilidad y el desarrollo a largo plazo.
Sin embargo, la medida generó una oleada de críticas, especialmente por parte de exjugadoras que señalaron a la dirigencia por una supuesta falta de apoyo al fútbol femenino.
En su anuncio oficial, UAI Urquiza destacó que este cambio responde a la necesidad de “optimizar recursos y concentrar esfuerzos en un proyecto deportivo sostenible”. El club, que fue cuna de talentosas futbolistas que brillaron en la Selección argentina, argumentó que su enfoque estará puesto en la formación de nuevas generaciones y el fortalecimiento de las bases institucionales.
La decisión de UAI Urquiza podría marcar un punto de inflexión en la discusión sobre el manejo institucional del fútbol femenino en Argentina. Mientras el club argumenta que busca un modelo sostenible, las críticas destacan un panorama de precarización y desinterés por parte de las dirigencias.
Aunque la medida abre el debate sobre las estrategias necesarias para consolidar el fútbol femenino, las denuncias de jugadoras como Núñez y Natta exponen las tensiones entre las aspiraciones deportivas y las realidades estructurales que enfrentan los clubes y sus atletas.
El caso de UAI Urquiza deja en evidencia que, detrás de las decisiones estratégicas, se encuentran historias humanas de esfuerzo y pasión que, para muchas jugadoras, parecen haber sido ignoradas.