“Por salarios dignos y presupuesto universitario”. “No al veto de la Ley de Financiamiento Universitario”. Bajo esas dos consignas, los gremios universitarios volvieron a convocar a un paro para el jueves 26 de septiembre.
El Senado de la Nación, en una histórica sesión, sancionó una ley que garantiza la actualización periódica de los fondos destinados a las universidades nacionales, asegurando así el sostenimiento de las actividades de docencia, investigación y extensión.
Pese a que el impacto fiscal de la medida, según la Oficina de Presupuesto del Congreso, es del 0,14% del PBI, el presidente Javier Milei amenaza con vetarla.
El Gobierno de La Libertad Avanza ha propuesto un recorte presupuestario de $3,4 billones para las universidades nacionales, una cifra muy por debajo de los $7,2 billones solicitados por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). Esta drástica reducción, según el exministro Daniel Filmus, representa un grave retroceso para la educación superior en Argentina. Filmus advierte que este recorte incumpliría las leyes de financiamiento educativo que establecen porcentajes mínimos de inversión en educación técnica, financiamiento educativo y ciencia, poniendo en riesgo el desarrollo del sector y la calidad de la enseñanza.
«Pudimos acceder a las planillas y hacer un análisis pormenorizado y advertimos que hay una diferencia enorme y se explica porque básicamente el Gobierno no contempla la recuperación de los salarios», dijo Víctor Moriñigo, presidente del CIN y rector de la Universidad Nacional de San Luis.
El lunes pasado, ante el escenario oscuro que ofrece el Gobierno, las federaciones se reunieron y definieron que el martes 24 de septiembre, tras una reunión del CIN, se anunciarán las medidas a tomar, entre ellas una nueva marcha para octubre, «salvo que el Gobierno tienda una diagonal que permita modificar esta situación, aunque lo vemos muy poco probable porque no vemos voluntad de dialogar», lamentó Moriñigo.
El vicerrector de la Universidad de Buenos Aires y dirigente radical Emiliano Yacobitti, en tanto, aseguró que su objetivo no es plantear que «si hay veto hay marcha» sino tratar de que no se anule el financiamiento universitario ya que se traduciría en «tener una peor educación superior».
«Tenemos que tratar de que no haya veto. Si hay veto va a continuar la pérdida de calidad día tras día en todas las universidades. Por ahí no es algo que se note hoy pero es algo que a muy corto plazo lo vas a notar», señaló Yacobitti en diálogo con La Nación+.



